Análisis del artículo escrito por el Canciller de la Federación Rusa Sergei Lavrov
titulado. "La ley, los
derechos y las reglas"
Las reglas occidentales
El Canciller Sergei Lavrov, condensa, resume y sintetiza en
tres palabras representadas como subtítulo para este párrafo, el nervio ciático
de su posición como redactor de este extraordinario artículo de opinión.
Deja bien estructurado su pensamiento fundamentándose en el
sentido preclaro del fin del poder hegemónico unipolar, surgido precisamente a
partir de la caída de la U.R.S.S en 1991, mencionándola en un aparte de su
opinión como “La década salvaje rusa”.
Es contradictorio y muy descompensado entender que el
desequilibrio mundial de los poderes dominantes a finales del siglo XX, se
materializó en su propia Nación. Simplemente ese tren no lo vieron venir y los
atropelló infamemente. Está muy clara una cuestión. Los modelos de gobernanzas
se agotan, es como el principio del ciclo de la vida, nace, crece, se
desarrolla, envejece y muere.
Nuestro comportamiento político es un ser vivo, no es
orgánico es muy cierto, pero es un cuerpo que precisamente tiende a cumplir esa
norma. Lavrov es tajante y preciso al expresar lo siguiente:
“Encontrar un
equilibrio de intereses mutuamente aceptable estrictamente sobre la base de la
paridad es la única forma de cumplir con cualquiera de estas vías”.
El pragmatismo del Canciller Ruso es incuestionable, su
experiencia tras décadas de ejercicio de su profesión así lo demuestra. Sin
duda alguna ha sido un actor preponderante para coadyuvar a que las sociedades
poseedoras del poderío armamentístico nuclear en estos últimos 30 años, no
hayan incinerado al planeta tierra y aniquilado a la humanidad, suena como se
lee, un poco nihilista la forma de expresar esta verdad, pero de cierto modo es
la realidad.
En 1962, con la crisis de los misiles de Cuba, estuvimos a
13 días de conseguir esa aterradora meta. Todavía existen seres humanos no
pensantes de las consecuencias de actuar llevados por impulsos ideológicos y
extremistas para imponer sus más distorsionados deseos de dominación. La
intransigencia del modelo unipolar impulsado por las pseudo democracias
occidentales han tratado de imponer a ultranza la occidentalización de las
sociedades que cultural, religiosa, política, social e históricamente se han
resistido a esos procesos de asimilación cultural, por consiguiente, el sistema
mundo caracterizado desde la fundación de las Naciones Unidas, han modelado la
democracia basándose en la uniformidad de criterios convenientemente amañados
bajo un esquema de parlamentarismo justo y equilibrado para hacer de nuestra
civilización, una panacea inalcanzable de realizar.
Lo más lamentable de este escenario está perfilado
indudablemente a someter a estas sociedades antes identificadas en líneas
anteriores, como parias y amenazas potenciales para la visión de la estabilidad
y el concepto de paz impuesta bajo la presencia de las armas. Estos
pensamientos expuestos por Lavrov, desnuda con una precisión premonitoria esa
concepción del mundo irrealizable.
Por estas razones el ejercicio de la diplomacia
internacional, del arte de la negociación de los conflictos para atacar y
prevenir los estados de beligerancia, cancela por adelantado, el ejercicio y la
preservación de la paz como bien inestimable de la humanidad, incrementando
continuamente la violencia entre los Estados miembros de un multilateralismo
agotado bajo la visión del imperialismo versus sus oponentes a estas antiguas
prácticas colonizadoras.
El Sistema Mundo y sus integrantes deben empezar a
reconocerse como iguales dentro de una civilización humana. El autor del
artículo hace entender al lector, que existen varias civilizaciones y unas no
desean reconocer la existencia de las otras, será esto verdad. Yo preferiría
usar otra razón particular.
La civilización humana es una sola, forma parte de un corpus
integrado como un organismo vivo pero por razones obvias, el cuerpo
civilizatorio tiene un Cáncer que está consumiendo su salud y esa salud está
representada en no saber preservar la paz, cuestión que en la actualidad,
mantenerla está prácticamente cancelada y ese ejercicio para garantizar la paz,
está sobrepasada por la metástasis de la multidimensionaldad de la guerra
unipolar, exacerbada a partir que el mundo bipolar se fracturó a principios de
la década de los años 90 del siglo pasado.
Quizás nuestras estructuras educativas para la formación y
capacitación de los profesionales que coadyuvan a fortalecer el entendimiento
de la diplomacia en los escenarios multilaterales y ejercer las políticas sobre
las relaciones internacionales entre Estados, han caído en un agotamiento
discursivo bajo una pesada carga de filosofías mal interpretadas o peor aún,
reinterpretadas, fenómeno que ha afectado precisamente y colocaré como un
ejemplo, a los textos fundamentales religiosos como lo son: El Corán, La Biblia
y La Torá.
Estos textos religiosos y sus contenidos han sido a lo largo
de la historia de la humanidad, manipulados, rediseñados, reconstituidos,
rectificados y re lanzados para cubrir las expectativas de los poderes y las
sociedades que las practican. Las filosofías políticas sin duda alguna, han
sufrido esas transformaciones. Entonces cómo explicar que, en la actualidad,
las diferencias, divergencias y oposiciones de estos contenidos llenos de
callejones sin salida, no conducen a preservar la paz, sino a erosionarla constante
y peligrosamente.
Hemos puesto al borde del cataclismo ambiental al único
planeta conocido que puede sustentar la vida en todo el Universo:
1. Nos negamos a
voltear la mirada y rectificar lo mal andado.
2. Nos estamos
suicidando colectivamente.
3. Nos negamos a
auto disciplinarnos.
4. Nos oponemos a
buscar alternativas.
5. Nos resistimos a
replantear nuestro avanzado progreso industrial.
6. Entre otros.
¿De cuál progreso nos
referimos?
Más de 1000 millones de seres humanos viven bajo el umbral
de la absoluta marginalidad, sin agua potable y sin ninguna esperanza que los
modelos de gobernanzas en cada país, puedan dar soluciones adecuadas a estas
necesidades.
Aquellas naciones progresistas que se han propuesto
organizadamente a hacerlo, en la mayoría de los casos, bajo el ejercicio de
reglas democráticas, salvo algunas contadas excepciones, precisamente son
calificadas como gobiernos que se oponen al sistema mundo unipolar diseñado
para que funcione de esa única manera y son atacadas constantemente: Venezuela,
Corea del Norte, Libia, Siria, Palestina, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Belarús,
China, múltiples naciones africanas y Rusia, solo por mencionar algunos casos
emblemáticos.
Disciplinar el
ejercicio de la democracia
Lavrov nos brinda una idea bastante polémica y la refiere
con la expresión de ejercerla “Democracia Autoritaria”, sí nos chocan los dos
términos, entonces surge otro cuestionamiento: ¿Cómo entender la democracia y
en su ejercicio, practicar el autoritarismo? Pues más claro no pudo estar el
autor al expresar esa inquietud.
En nuestros actuales tiempos hemos promovido el
individualismo por encima del colectivismo, en pocas palabras, hemos abandonado
el concepto primario de vivir dentro de la tribu.
Como ya lo sabemos y no debería explicar esto, sin embargo,
creo que es necesario hacerlo brevemente.
En los albores de la humanidad y para poder sobrevivir al
ambiente hostil que nos rodeaba, aprendimos a ser fuertes agrupándonos como
especie y comenzando a evolucionar, formando células que después llegaron a ser
tribus nómadas, que posteriormente se asentaron, fundando pueblos, comarcas,
feudos, ciudades, reinos, imperios, Estados nacionales y esas asociaciones nos
impulsaron a construir la civilización humana que actualmente conocemos.
Con esa evolución gregaria y para podernos dar una
estructura, un orden y una disciplina y poder convivir, desarrollamos sobre la
marcha, convenciones políticas y religiosas para precisamente gobernarnos,
darnos una consistencia asociativa, un tejido funcional, un cuerpo orgánico
mediante el cual, poder conservar una lógica de sobrevivir y no aniquilarnos en
un ejercicio anárquico de imponer nuestras ambiciones más hostiles.
Pues bien, señoras y señores, hemos fracasado estrepitosamente
Hoy en día el actual monopolio del modelo capitalista, es el
que ha estimulado la individualidad del ser humano, convirtiéndonos ex profeso,
en exterminadores criminales del ambiente terrestre, acuático y atmosférico,
depredadores insaciables de la fauna, flora y de los recursos no renovables.
Solo el 1% de los seres humanos poseen el 95% del poder
económico e industrial del planeta. El 99 % restante de la humanidad, está en
umbrales de dependencia absoluta de ese privilegiado porcentaje que son los
responsables de acumular la riqueza producida por las mayorías depauperadas
integrantes de nuestra deshumanizada civilización.
Soñamos con buscar un asteroide lleno de metales preciosos,
bajo la promesa de hacer millonaria a toda la humanidad y acabar con la
pobreza, pero no nos detenemos a replantearnos que la verdadera riqueza está
con nosotros, pero desigualmente distribuida.
En esta realización
cinematográfica que solo alcanzó a tratar este tema para satisfacer el morbo
humano y comer unas cuantas pop corn, (cotufas o palomitas de maíz), reflejó
precisamente este impensable tema. “Don’t Look Up”, (No Mires Hacia Arriba).
¿Se asemeja esto a lo vivido en la era Trump?
Ciertamente la pobreza es aniquilada, pero con todo el
planeta tierra, un absurdo de la desfachatez capitalista impulsada por Donald
Trump.
Nos enfrentamos en esta década a grandes desafíos
conductuales que nos arrojan si lo mostramos con estadísticas, a las peores
probabilidades de hacer colapsar el sistema mundo unipolar tal cual lo
conocemos arrastrando con este hecho a la civilización humana, la única que
existe. Las democracias unipolares occidentales están desesperadas por mantener
el vigor de sus planteamientos hegemónicos y la única forma que conocen para
contener esa amenaza en ciernes, es el uso de la violencia sistemática.
Los laboratorios de
pensamiento estratégicos, tácticos y operacionales, están laborando
continuamente para desarrollar nuevas formas postmodernistas de hacer la guerra
bajo la premisa fundamental, que esta sea rápida, económicamente viable y
definitivamente desestabilizadora, pero las ecuaciones implementadas no les dan
el resultado esperado y eso cada día que pasa, los pone absolutamente
nerviosos, por ende, los hace mucho más peligrosos e inestables emocionalmente.
El principal promotor de estas visiones apocalípticas es sin
duda alguna, el gobierno de los Estados Unidos que está arrastrando consigo el
cuerpo de las alianzas atlánticas representadas en la OTAN. Sin embargo al
parecer, los Estados europeos están viendo objetivamente estas intenciones y de
una u otra manera, no quieren participar dentro de la crisis de gobernanza
ucraniana, o enfrentarse a la temida Irán, o intentar agredir militarmente a
Rusia y China, todo porque los Estados nacionales que acabo de mencionar son
pertenecientes al eje del mal de las naciones con pensamiento multipolares y en
sí mismas, las verdaderas economías que están derribando el muro capitalista
regentado por la dinastía económica del Dólar como moneda de intercambio
comercial preponderante.
Tratando este tema,
la visión unipolar del control mundial por parte de las potencias occidentales
vencedoras del último gran conflicto bélico mundial, simplemente han quedado en
una mala posición por decirlo así, tambaleándose en las dos décadas transcurridas
del siglo XXI, mientras sus oponentes se han fortalecido de una forma
inconmensurable, haciendo que el giroscopio unipolar esté perdiendo su fuerza
centrífuga.
Esa poderosa fuerza
que les permitía a las democracias occidentales hegemónicas, marcar el ritmo de
la economía, ya no lo es tanto, pero siguen en su empeño de mantener su
influencia arbitrariamente en regiones geográficas donde antes no tenían
interés de prevalecer: la fachada atlántica de Venezuela, el mar de China
meridional, la ruta polar del norte, el canal de Nicaragua, las sempiternas
Islas Malvinas, por solo mencionar algunos nuevos escenarios geopolíticos
puntuales.
Lavrov infiere con mucha fortaleza que el mundo multipolar
se está volviendo realidad, pero consideró que para completar esa predicción
adecuadamente, deberán las democracias occidentales aceptarlo a rajatabla y
refundar el sistema mundo para poder llegar quizás, a replantear las relaciones
multilaterales con una visión más consistente con la realidad multipolar,
alejándose progresivamente de la amenaza que hoy en día pesa sobre el
equilibrio de fuerzas que de ser desatadas violentamente, traerán consecuencias
inconmensurables de cuantificar.
Concretamente hablando, alguien tendrá que ceder mucho y voy
más allá. Alguien y me refiero a las democracias occidentales unipolares, van a
perder mucho por lo que surge esta pregunta: ¿Estarán dispuestos a conceder la
victoria a sus enemigos ideológicos y económicos naturales?
Conociendo el comportamiento histórico de estos oponentes,
les tocará asumir la posición de actores de contención, precisamente a las
potencias económicas representadas en China y en Rusia, quienes no pueden darse
el lujo de arrojar la primera piedra.
Ese objeto contundente deberá ser lanzado por sus antagonistas
ideológicos, pero al hacerlo, habrán agotado para siempre el poco combustible
que les queda en sus reservas para influenciar con su peso el sistema mundo
unipolar, dando paso a la instalación definitiva del sistema multipolar y esa
es una negación doctrinal permanente en el gobierno de los E.E.U.U.
Pongamos este
escenario en contexto
Sería como darle reconocimiento al Socialismo o al modelo
económico comunista como ideologías funcionales por lo cual, las democracias
occidentales unipolares deberán de reconocer y aceptar como nuevas reglas del
juego en las relaciones internacionales.
Podrán hacerlo, pues eso sinceramente no va a ocurrir,
preferirán antes de eso, ir a la guerra y sálvese quien pueda. Nuevamente
Hollywood nos sirve de pantalla para visualizar el futuro post apocalíptico muy
bien representado en cantidades de filmes que representan esa aterradora
posibilidad, claro muchos la negaran porque forma parte de la ciencia ficción.
Así también pensaba Leonardo Da Vinci o Julio Verne.
Rusia está amenazada gravemente como jamás en su historia
posterior a la invasión alemana durante el desarrollo de la Operación Barbarosa
en la Segunda Guerra Mundial lo ha estado, pero indudablemente Putin y Medvedev
en su momento lo visualizaron y en un silencio estratégico, comenzaron a
relanzar el poderío militar, económico y político de una Nación que quedó
geopolíticamente devastada después del Glasnost y la Perestroika de Gorbachov y
del nefasto Boris Yeltsin, abriendo paso a la instalación del mundo unipolar.
La actual Federación Rusa ya no es el recuerdo trasnochado
de un gigante dormido con pies de barro.
El Leviatán ruso está despierto y decidido a ocupar su
espacio que le corresponde por su peso específico en el nuevo sistema mundo
multipolar.
A buenos entendidos pocas palabras.
Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
M. Sc en Historia Militar
IAESEN, enero 2022
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