Entrevista a Zoha Abdejodaei, profesora y periodista de Irán nos habla sobre los 46 años de la Revolución Islámica.
Articulo: Betty Izaguirre
Fuente: Hablemos de Irán
Entrevista a Zoha Abdejodaei, profesora y periodista de Irán nos habla sobre los 46 años de la Revolución Islámica.
Articulo: Betty Izaguirre
Fuente: Hablemos de Irán
Teherán – 11 de febrero de 2025 – A pesar de las recientes subidas drásticas en los precios del dólar y el oro en Irán, la participación en la marcha conmemorativa del aniversario de la Revolución Islámica el 22 de Bahman (11 de febrero) fue mayor que en años anteriores. Esta movilización masiva ocurrió en un momento en que las sanciones y las presiones económicas representan uno de los mayores desafíos para el país.
Según los informes, el precio del dólar ha aumentado un 12,3 % en el último mes, pasando de 810.000 a 910.000 rials.
Además, el precio del oro de 18 quilates ha subido un 24,5 %, pasando de 5,3 millones a 6,6 millones de rials por gramo.
En muchas partes del mundo, tales fluctuaciones económicas podrían generar descontento y una disminución del apoyo social. Sin embargo, en Irán, ha sucedido lo contrario: millones de personas salieron a las calles para reafirmar su apoyo a la Revolución Islámica.
¿Por qué el pueblo iraní se une aún más en tiempos de crisis?
–Historia e identidad más allá de la economía
Para muchos iraníes, la Revolución Islámica no fue solo un cambio político, sino una transformación que definió su identidad nacional y cultural. Incluso aquellos que critican la situación económica continúan defendiendo la independencia del país y los valores revolucionarios.
– El papel destacado de los jóvenes
Uno de los aspectos más sorprendentes de la marcha de este año fue la gran participación de los jóvenes. Contrario a lo que se esperaba —que la juventud estuviera desilusionada debido a la crisis económica—, ellos participaron activamente, mostrando su compromiso con la Revolución y el futuro de Irán.
– Responsabilidad ante las presiones externas
Muchos iraníes consideran que las sanciones son la principal causa de la crisis económica. En este contexto, la participación en la marcha del 11 de febrero es vista como una declaración de resistencia frente a los países que buscan debilitar a Irán. Esta postura resuena con las experiencias de muchos países latinoamericanos, que han enfrentado sanciones o intervenciones extranjeras y han respondido con un fortalecimiento del sentimiento de soberanía.
– Mayor cohesión social en tiempos difíciles
Mientras que en algunos países las crisis económicas generan divisiones internas, en Irán, las dificultades refuerzan la unidad y la solidaridad social. Ejemplos similares pueden encontrarse en la historia de América Latina, donde las presiones externas han llevado a un mayor sentido de identidad y resistencia nacional.
– El apoyo a la Revolución va más allá de la economía
La marcha del 22 de Bahman (11 de febrero) de este año demostró que las dificultades económicas no necesariamente reducen el apoyo al sistema en Irán. De hecho, estos desafíos pueden fortalecer la cohesión social y motivar una mayor participación popular.
En Irán, la independencia y la identidad nacional, en ocasiones, trascienden las preocupaciones económicas—una experiencia que muchos países latinoamericanos también han vivido a lo largo de su historia.
Articulo: Amin Saburi – Irán
Fuente: Participación masiva en el aniversario de la Revolución Islámica - Diario La Humanidad
Entrevista a Mohammed Taha Abdejodai, Ex vicepresidente y Ex viceministro de Turismo y Cultura de Irán.
Irán 46 años de la República Islamica de Irán
Dieciséis candidatos, dos mujeres y catorce hombres, se presentan en las elecciones presidenciales de Ecuador el domingo 9 de febrero. El día 7, cerraron una campaña electoral marcada, además de los altísimos niveles de violencia, por los planes de Trump para América Latina. Si el actual presidente, Daniel Noboa, fuera reelegido, el magnate estadounidense tendría la alfombra roja desplegada en consonancia con el empresario neoliberal “de mano dura”, que recibió con entusiasmo la propuesta de deportar a sus connacionales migrantes; y que evidencia su idea de imitar las políticas de Trump.
No es casualidad que haya considerado “histórica” la invitación a asistir a la toma de posesión del magnate para su segundo mandato, junto a figuras de la ultraderecha latinoamericana, como el argentino Javier Milei, el salvadoreño Najib Bukele y, aunque tras bambalinas, Edmundo González Urrutia, quien aspira a ser el nuevo presidente “autoproclamado” de Venezuela, pese a que las elecciones las ganó Nicolás Maduro.
Noboa recibió con los brazos abiertos al nuevo secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, portavoz de los sectores más reaccionarios de Miami, en su primer viaje a lo que le gustaría volver a dominar como el “patio trasero”. No en vano, uno de los primeros decretos emitidos por Trump fue para volver a inscribir Cuba en la lista de países que “patrocinan el terrorismo”, clausurando el breve período en el que la administración saliente de Biden la había sacado de la absurda lista.
Entre los países que visitó Rubio estuvo Panamá, que Trump ha amenazado con invadir para tomar el control del Canal, un centro de comercio clave donde China ha ido creciendo en presencia. El gobierno panameño, ciertamente nada independentista, ha aceptado llegar a un acuerdo con Trump sobre el tema migratorio, una auténtica obsesión del magnate junto a la de los aranceles.
Noboa siguió rápidamente el ejemplo, imponiendo aranceles a los productos mexicanos y exacerbando una crisis bilateral que estalló cuando allanó la Embajada de México en Quito, para secuestrar violentamente al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glass, que beneficia de asilo político en México. En una defensa frontal de los intereses estadounidenses, el 14 de diciembre de 2024, Noboa autorizó al gobierno de Estados Unidos a instalar una base militar en las Islas Galápagos, de conformidad con los tratados de cooperación firmados en octubre de 2023 entre ambos países.
Esto permite la inmunidad diplomática en un eventual desembarco de tropas y la presencia de barcos, submarinos y personal militar estadounidense para “combatir la inseguridad” en Ecuador, y en efecto la pérdida de soberanía sobre las islas. El gobierno de Rafael Correa había decidido no renovar las concesiones de bases militares estadounidenses, mientras que ahora la decisión de Noboa, de permitir una mayor presencia norteamericana en el océano Pacífico frente a China, viola la Constitución ecuatoriana.
En ese contexto, las elecciones ecuatorianas se presentan en medio de una fragmentación política, pero con un escenario en el que, según las encuestas, habrá un cara a cara entre la candidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González, y el actual presidente, Daniel Noboa.
Si ningún candidato obtiene el 50% de los votos o al menos el 40% con un margen de 10 puntos sobre el candidato que quedó en segundo lugar, se realizará una segunda vuelta, el 13 de abril, en la que participarán los dos candidatos más votados. Los electores elegirán, además de la fórmula presidencial para el periodo 2025-2029, también a los 151 representantes del Parlamento y a los cinco representantes del Parlamento Andino.
Mientras tanto, el día 6 comenzó la votación “anticipada”. Los primeros en votar fueron los presos en espera de juicio: aproximadamente 527 mujeres y 5.691 hombres, que acudieron a los 62 centros de votación instalados en 42 instituciones penitenciarias, bajo control del ejército y la policía. A continuación, tuvo lugar el voto en casa, solicitado previamente por 662 personas mayores y con discapacidad superior al 75%.
¿Podrá el pueblo ecuatoriano pasar página o seguirá cayendo en la espiral del neoliberalismo y el securitismo? Conversamos sobre ello con Irene León, socióloga y analista política ecuatoriana, especialista en alternativas a la globalización y derecho a la comunicación.
¿Cuál es la situación en Ecuador, cómo es el clima en vísperas de las elecciones?
Las elecciones se visualizan como un hecho decisivo en un contexto donde está latente una disputa por el modelo de sociedad. Está en el escenario una arremetida muy potente de la derecha por retomar el control del Estado, como un canal, para consumar la privatización total de territorios y recursos.
Esa virulencia de la derecha tiene que ver con su necesidad de consolidar su propuesta capitalista ante la persistencia del proyecto de la Revolución Ciudadana que, con una propuesta de cambio estructural y bien común, llegó al poder y gobernó con superioridad histórica de 2007-2017. Pero desde 2017, tras una suerte de golpe blando, para erradicar esa propuesta alternativa, opera un recio control de las fuerzas del capitalismo que bregan por sostenerse en el poder.
Para lograr el desmontaje del proyecto alternativo se impuso, entre otros, un intenso Lawfare, con altos niveles persecución política y mediática, principalmente dirigidos contra el Movimiento Revolución Ciudadana y su propuesta de cambio estructural. Nada de lo que pasa en la política ecuatoriana puede leerse sin considerar el peso del lawfare. Es más, hay una escalada de autoritarismo que es un ingrediente central para consumar la desinstitucionalización y la extorsión de los bienes públicos y los recursos. Tan es así, que ahora que el gobierno de Daniel Noboa ha declarado al país en “conflicto armado interno”, con el alibi de enfrentar los negocios ilícitos y el “terrorismo”, es recurrente considerar que el país ya está en dictadura.
Aun así, como se evidencia en la actual contienda electoral, en Ecuador se mantiene una disputa de sentidos y proyectos. Sin eso no se explicaría que el movimiento político más perseguido, Revolución Ciudadana, sea la principal fuerza política del país, ni que su fundador, Rafael Correa, en exilio por esa persecución, siga siendo el personaje político más reconocido y no se entendería que Luisa González, la candidata de ese movimiento, sea quien disputa la primera fila de un escenario de poder.
De modo que el carácter de la contienda electoral a estas alturas tiene que ver con esa disyuntiva: o una dictadura del capital o la reconstrucción de la patria, para volver a plantear un proyecto de soberanía.
Hay 16 candidatos en la lista presidencial. ¿Qué intereses representan?
La mayoría está alineada con el neoliberalismo más riguroso y expresan obediencia al proyecto geopolítico estadounidense. Coinciden en una perspectiva securitista, de derecha radical e incluso neofascista y proponen la mano dura como receta para resolver la crisis múltiple que afecta al país; casi todos demonizan el bien común y aspiran lograr una privatización total. La mayoría de las candidaturas solo representan a sus propios intereses o a grupos de interés que han desplazado a los partidos políticos y buscan apoderarse del Estado para hacer negocios. Hemos visto esto antes con las privatizaciones neoliberales, que entregaron los bienes públicos a actores privados, que no tienen ningún plan de redistribución y sólo profundizaron las desigualdades.
Cinco de esas candidaturas aluden o se identifican con el progresismo o la izquierda, pero son expresiones políticas con poca adhesión popular. Solo Luisa González, Revolución Ciudadana, está primera o segunda en las encuestas y exhibe potencial de llegar al poder. El contendor es Daniel Noboa, actual presidente, que proviene de un grupo de interés, es heredero del holding empresarial más grande del país, sus actuaciones y propuestas responden a esos intereses y, como se puede constatar con hechos en el periodo que ha gobernado, el foco de su perspectiva libertaria es poner a disposición del mercado todos los recursos del país, para que el capital internacional haga negocios en su beneficio.
¿Qué queda de la Revolución Ciudadana?
La Revolución Ciudadana (2007-2017) constituyó una síntesis de causas múltiples, entre ellas las resistencias al libre comercio, al neoliberalismo y a la globalización de inicios de siglo, pero también fue un punto de partida para poner en perspectiva las aspiraciones de diseñar un proyecto propio. Un proyecto de soberanía, con una visión de economía endógena nacional y regional, con una perspectiva geopolítica con epicentro en el Sur. Parte de su legado es una propuesta de horizonte: el Buen Vivir, consignado en la Constitución que está aún vigente. Fueron diez años de cambios muy relevantes, con un horizonte distinto del plan hemisférico que Estados Unidos tenía y tiene para Ecuador y para la región Latinoamericana y caribeña.
En 2017 este proceso de cambios fue revertido por una suerte de golpe blando. El país volvió no sólo al neoliberalismo, sino que se ha convertido en una suerte de experimento de la implantación de un modelo de economía ‘libertaria’, con la correlativa destrucción del Estado y la potenciación de proyectos corporativos transnacionales.
Hoy, Luisa González lidera el movimiento Revolución Ciudadana, que se levanta con el legado de un proceso de construcción de cambio, es una fuerza real, un movimiento existente que nace de esa experiencia y que tiene la voluntad de retomar un proceso de reconstrucción del Estado para el bien común. A pesar de la persecución política que afecta a su movimiento, la candidatura de Luisa González es la única que beneficia de un genuino reconocimiento popular, la única que proviene de una propuesta política orgánica que cuenta con una adhesión de inicio de un 30% del electorado, que es conocido por el pueblo como “el voto duro de Correa”, evocando al expresidente Rafael Correa.
¿Y cuál es su programa?
Luisa González propone un plan estratégico para volver a poner el país de pie “revivir Ecuador” es su lema de campaña y, en el caso, es un paso necesario, tanto por la urgencia de regenerar un espacio democrático, como por la necesidad de superar una crisis múltiple de alte intensidad. En esa línea, con la referente de provenir de un movimiento político que propone cambios estructurales, la agenda de González focaliza en el papel nodal del Estado para la gestión de lo público, en función del bien común, con políticas redistributivas y derechos para todas/os.
Para dejar el caos neoliberal atrás, su propuesta prioriza la seguridad ciudadana, vista desde una perspectiva integral y estratégica, que comprende tanto la reinstitucionalización de las instancias de seguridad y justicia, como un pacto ético y la restitución de valores solidarios y cuidados, como aspectos básicos para la reconstrucción del tejido social. Este enfoque funcionó durante la Revolución Ciudadana, cuando Ecuador era el segundo país más seguro de América Latina. El segundo aspecto es la dinamización de la economía, una economía post petrolera, con diversidad económica y productiva, como dice la Constitución; pero también con correctivos urgentes, por ejemplo, en lo relativo al endeudamiento externo, para cuyo sinceramiento plantea una auditoría de la deuda. El tercer aspecto refiere a una política energética integral y soberana. Ecuador se encontraba entre los diez primeros países del mundo con solvencia energética, mientras que hoy, debido al abandono de la gestión del Estado, sucede lo contrario, el último año huno apagones eléctricos de hasta 14 horas y el país volvió a importar energía. El cuarto punto se refiere a los servicios públicos estatales, especialmente la recuperación del sistema público y gratuito de educación y de salud. Y el quinto punto se refiere a la inclusión y a los derechos, para apuntar hacia la igualdad, especialmente de género, y desarrollar una sociedad inclusiva y diversa, pero también porque los derechos son ahora vulnerados en todos los campos, por las medidas neoliberales de achicamiento y abandono del Estado, pero también por la “guerra interna” que no persigue a los actores de los negocios ilícitos sino a las personas empobrecidas, a la afrodescendencia, a las juventudes urbanas; bajo el régimen de Noboa se han multiplicado las violaciones de los derechos humanos y hasta las ejecuciones extrajudiciales.
Según las encuestas, habrá una carrera reñida entre Daniel Noboa y Luisa González y muchos denuncian un posible fraude por parte del actual presidente. ¿Que esperar?
Un desafío importante es lograr que las elecciones sucedan con rectitud. Hasta aquí, como resultado de la desinstituionalización del país, opera una suerte de dictadura, donde Daniel Noboa controla las instituciones, al punto que incluso el Consejo Nacional Electoral le ha justificado varias vulneraciones al Código de la democracia e incluso de la Constitución. De los muchos casos, refiero al ejemplo a saltarse la ley electoral y no pedir la autorización de la Asamblea Nacional para ausentarse en la campaña y ser reemplazado por la vicepresidenta, que en Ecuador es electa; o también por realizar actos proselitistas públicos utilizando los espacios y bienes del Estado, como sucedió hace unos días, cuando realizó un acto con un Señor González, de origen Venezolano, que fue candidato en ese país el año pasado, pero fue recibido por Noboa como un mandatario, llegando incluso a hacer acuerdos bilaterales, con un señor, que no tiene ninguna investidura presidencial ni nada que se parezca en su país. Pero el CNE no registró la infracción y Noboa engaño al país con un falso personaje.
En los últimos días ha arreciado la campaña sucia y se evidencian amenazas contra Luisa González, que el CNE no las ve. Es más, se habla de una estrategia de fraude, por un lado, se ha evidenciado que actores del ejercito estarían armando un centro de cómputo paralelo al del CNE; tanto como que la campaña del candidato-presidente estuviera posicionando, a través de los medios, una supuesta victoria en primera vuelta, que el día de las elecciones podría pretenderse irreversible.
Por otro lado, en estas elecciones las y los ecuatorianos no vamos solos, Estados Unidos tiene una presencia en todos los escenarios: su candidato es Noboa. Y él será un leal cumplidor de los múltiples acuerdos signados con ese país, entre ellos de cooperación militar relativos al plan geoestratégico de control estadounidense de la región y del Pacífico.
Así que están en disputa dos propuestas políticas diametralmente distintas, pero que podrían dirimirse con el voto popular, sólo si la derecha y su padrino del norte depusieran la doctrina de la polarización, dejaran de lado la persecución política y judicial y permitieran que el país recupere la gestión democrática de su destino.
Articulo: Geraldina Colotti
Fuente: Resumen latinoamericano
Autoridades del gobierno, parlamentarios, intelectuales y movimientos sociales junto al cuerpo diplomático acreditado en el país andino asistieron al evento.
El triunfo de la Revolución Islámica de Irán en 1979, la que fue liderada por el Imam Jomeini, rompió sus cadenas expulsando al “régimen imperialista y sionista” de la monarquía de Reza Sha Pahlavi de Irán, devolviendo los medios de producción al pueblo.
La Revolución iraní, una de las revoluciones más populares del siglo XX, con el apoyo del pueblo, bajo el lema de “Independencia, libertad, república islámica”, derrocó un régimen dictatorial dependiente de extranjeros.
Hoy después de 46 años, esta Revolución, continúa siendo un paradigma y un modelo de lucha y resistencia ante el mundo en la visión multilateralista en apoyo a las demandas de libertad e independencia de las naciones oprimidas del orbe.
Pese a las sanciones y el bloqueo de EEUU, Irán ha logrado avances inigualables en ciencia y tecnología, energía nuclear, entre otros.
Por eso Irán es un país, una nación milenaria con más de 3500 años, el pueblo persa siempre ha dado ese ejemplo de lucha, y de victoria.
Los resultados de la revolución iraní, han llegado también a Bolivia, siendo el país persa un aliado incondicional en cooperación y desarrollo para la nación andina y la región.
La Revolución Islámica de Irán en este su 46 aniversario, ha demostrado una vez más que la hermandad, la solidaridad y la dignidad, son un signo para la lucha y la resistencia de los pueblos libres del mundo, frente a las injerencias sionistas e imperialistas.
Articulo: https://www.hispantv.com/noticias/bolivia/609699/celebran-bolivia-aniversario-revolucion-iran
Libro “Comunicación liberadora”. Selección de textos de varios autores, publicado por LAUICOM.
CONAICOP Medios le invita a la lectura de tan importante libro confeccionado por la recopilación de parte de la Universidad internacional (LAUICOM) con la autoría de:
Atilio Borón, Anaís Perez Palacios, Carlos Aznares, Carmen Bohórquez, Enrique Uvieta, Fernando Buen Abad, Gabriela Cultelli, Geraldina Colotti, Helena Salcedo, Ignacio Ramonet, Iñaki Gil, Irene León,José Novaes, Laura Taffetani, Luis Delgado, Luis Britto, Michelo, Tania Diaz, Txema Sanchéz, Veronica Díaz.
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Libro “Comunicación liberadora”
Invitado: Egór Lidovskóy, Director general del Centro Cultural Hugo Chávez en Rusia desde San Petersburgo.
Donbass es una región, situada en la zona oeste de Ucrania, en la frontera con Rusia, donde las autoproclamadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk y sus respectivos gobiernos, le pidieron al presidente de Rusia Vladimir Putin que les reconocieran, firmaran tratados tripartidos de cooperación en diversos aspectos incluidos la ayuda y asistencia militar mutua donde Rusia garantizará la seguridad de estas dos repúblicas.
Anoche lunes, el presidente Vladimir Putin, en un discurso de una hora hizo un recuento de la situación de agresión que se vive de parte de Ucrania contra estas dos provincias Donetsk y Lugansk, y al final de su alocución firmó el reconocimiento de las mismas como independientes, lo que ha traído una serie de reacciones internacionales; unas a favor y otras en contra, como Ucrania y la OTAN, encabezada por los Estados Unidos.
El consejo de seguridad de la ONU se reunió anoche mismo de forma urgente para analizar la situación, mientras existe alegría de los habitantes de estas dos repúblicas y el pueblo ruso.
Hoy martes la Duma Estatal Rusa por decisión unánime, ratificó los acuerdos de amistad y cooperación entre Rusia y las repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Egór Lidovskóy, Director general del Centro Cultural Hugo Chávez en Rusia desde San Petersburgo nos hace un recuento y análisis de todos estos acontecimientos que tienen tensa la geopolítica internacional.
Qué piensa el pueblo ruso de esta decisión del presidente ruso de reconocer las dos repúblicas de Donetsk y Lugansk, la cual consideran acertada de parte del presidente Putin.
¿Qué significa para las dos repúblicas ser reconocidas independientes en medio de lo expresado por Ucrania, cuyo gobierno de derecha dice que no permitirá seguir adelante con el proceso independentista y que ya también fue aprobado por los parlamentos de las mismas?
Los rusos expresan que no temen que haya consecuencias, sanciones y represalias de parte de los Estados Unidos y la OTAN contra el gobierno ruso, e indican que están preparados para ello en todos los campos.
Como pueblo ruso son solidarios y apoyan a los que consideran sus hermanos en Donetsk y Lugansk, y les envían mensajes de apoyo y solidaridad.
Programa
Panorama, dirige y presenta Eliécer Jiménez Julio desde Ginebra, Suiza.
Con el apoyo técnico
de Amaia Pereda Urrutikoetxea desde Bilbao, Euskal Herria.
Realización
Diversa comunicación.
Emigrados Tv,
Bilbao, Euskal Herria.
Enlace:
Entrevista a Zoha Abdejodaei, profesora y periodista de Irán nos habla sobre los 46 años de la Revolución Islámica. Articulo: Betty Izagu...